domingo, 30 de noviembre de 2014

Síndrome de Dificultad Respiratoria en pediátricos

¿QUÉ ES EL SDR EN PEDIATRÍCOS?

El Síndrome de Dificultad Respiratoria (SDR) es un estado clínico de orígenes múltiples, cuyo principal fundamento es  una respiración anormal con alteración de intercambio gaseoso, oxigenación y eliminación del CO2; es una de las patologías más frecuentes en el recién nacido. En cantidad de casos se ven dadas  por afecciones del propio sistema respiratorio, sin embargo otras veces se ve desarrollado por patologías cardiacas, nerviosas, metabólicas o musculares.
El SDR o distrés respiratorio, es uno de los principales indicadores de morbi-mortalidad en niños menores de un año de edad, y es mucho más frecuente en niños que en niñas. La UNICEF plantea que más de un 70 % de las muertes infantiles, casi 11 millones de niños que mueren todos los años, se deben a seis causas principales y entre ellas se encuentra ésta.
La evolución y el pronóstico del SDR en recién nacidos, varía en gran cantidad por su etiología. Puede ser aguda, de pocas horas de evolución, como es la taquipnea transitoria o de mayor duración, como la displasia broncopulmonar; e incluso puede ser crónica, como es el caso de los niños que presentan algunas cardiopatías congénitas.
A lo largo de la vida intrauterina los alveolos pulmonares distendidos están llenos de un trasudado que proviene de los capilares pulmonares. El pulmón del recién nacido sufre una serie de cambios que modifican la circulación fetal.
La sustitución del líquido pulmonar por aire, en el nacimiento del bebé, es un fenómeno mecánico que necesita la  presencia de diferencias de presiones con el fin de insuflar el pulmón para llevar a cabo las primeras respiraciones.
Tanto con la expansión del tórax proporcionada con las primeras respiraciones como con el primer llanto, los bronquios aspiran aire que inunda los alveolos pulmonares, y con ello se estimula la secreción de una sustancia denominada surfactante. Dado a la acción tensoactiva de ésta, se evita el colapso alveolar con la espiración.
El mínimo cambio en uno de estos mecanismos adaptativos explicados, puede provocar la aparición de una alteración pulmonar y con ello el desarrollo posterior de un Síndrome de Dificultad Respiratoria.

El gran cambio que se da en el paso de la respiración intrauterina (mediante la placenta) a la respiración extrauterina (a través del pulmón) le aporta una característica única a las  afecciones respiratorias, que en gran medida se produce por una alteración de la adaptación cardiopulmonar al medio externo. Existen problemas respiratorios propios del prematuro y otros que se observan  principalmente en el recién nacido a término.

¿CÓMO ACTÚA ENFERMERÍA FRENTE AL SDR? (NICs)
INTERVENCIONES
MOTIVOS
1. Evaluar los cambios y el aumento del trabajo respiratorio casa 1 o 2 h y según necesidad: Color, frecuencia respiratoria, retracciones, quejido respiratorio o aleteo nasal.
Los cambios en el patrón respiratoria indican signos de agravamiento de la enfermedad.
2. Mantener la oxigenación adecuada según la indicación médica y calentado según las necesidades del niño.
La oxigenación calentada ayuda a evitar la sequedad y facilita la fluidificación de las vías aéreas. La saturación debe mantenerse entre 88 y 95%.
3. Mantener las vías aéreas permeables, aspirar según la necesidad.
La obstrucción de las vías aéreas superiores provoca una mayor esfuerzo respiratorio y dificulta la oxigenación.
4. Mantener la temperatura estable dentro de parámetros normales.
Mantener la temperatura ambiente estable disminuye la demanda de oxigeno.
5. Monitorizar la gasometría arterial según la indicación médica.
Los resultados de estos son imprescindibles para evaluar la oxigenación y ajustar el tratamiento.
6. Controlar el equilibrio hidroeléctrico.
Según las necesidades del paciente. Para evitar deshidratación y fluidificar las mucosas.
7.  Asegurar una correcta alimentación.
Una correcta alimentación asegura una mejora en la recuperación. El aumento de la ingesta de calorías ayuda a atender el alto consumo de oxigeno.
8. Mantener a los padres informados del estado de salud del niño.
Ayuda a disminuir la ansiedad  y el estrés ante la enfermedad.
9. Agrupar los cuidados.

En casos de los recién nacidos es habitual que se irriten y agiten a causa de la constante manipulación, haciendo que aumente el consumo de oxígeno y provoca hipoxia. Por ello es recomendable coordinar los cuidados.
10. Evaluar la presencia de dolor y agitación. Administrar analgésicos y sedantes pautados por el médico.
El dolor interfiere con la oxigenación y la ventilación. Es conveniente tratarlo para evitar hipoxemia, vasoconstricción pulmonar y broncoespasmos.
11. Controlar las constantes vitales cada 1 o 2 h cuando el niño esté estable.
Las alteraciones en las constantes pueden indicar un empeoramiento de la enfermedad.
12. Observar signos de infección.
El uso de corticoides para el tratamiento de la insuficiencia respiratoria disminuye la habilidad el sistema inmune para enfrentarse a infecciones. Es importante llevar a cabo los protocolos de higiene adecuados.

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